¿Por
qué hay momentos que sentimos que nos ahoga el mundanal ruido del exterior?,
¿por qué escuchamos tantas farsas? cada una de estas
preguntas posee innumerables respuestas, algunos serás capaces de oír la voz de
la verdad que emana de los más profundo de su corazón, otros escaparán de
cualquier tipo de sonido que brote de su interior.
El gran secreto de la
vida y de la felicidad es abrir las puertas de nuestro mundo interior el cual
tiene que complementarse con los días de nuestro exterior, cuando se omite
nuestro sentir, lo que aparece tanto en el cielo de nuestra mente, como en el
cielo de nuestro corazón es la tristeza,
la melancolía, el vacío, y la infelicidad. Hay que aprender a
compatibilizar nuestro interior con nuestro exterior. El exterior orquesta
innumerables farsas para hacernos creer en cosas sin importancias y sin
sentido, donde el ego, el orgullo, el odio, la división y las fronteras parecieran ser los protagonistas de las vidas
y de las existencias. Una fuerza exterior se empeña para que no nos conozcamos,
para olvidar lo que somos, para no escuchar la voz de nuestro interior, nos
invaden las modas, las frivolidades, el consumismo, voces que manifiestan y
hacen creer que es lo único que existe, manipulación de creencias las cuales
instan la lucha interna.
Nuestro
interior es sabio, es capaz de escuchar la verdad de la mente y del corazón,
porque las complementa y las hace trabajar unidas. La voz del interior nos guía, nos aconseja, siempre está ahí
dispuesta a brindarnos palabras sabias que nos permiten tomar decisiones
correctas y acertadas. Cada uno posee la
sabiduría y la felicidad dentro de sí, es tiempo de volver a escuchar la
voz de nuestro guía, la voz de nuestro corazón, la voz del amor que yace en
cada uno de nosotros, toda verdad nace
en nuestro interior la cual nos ayuda a dimensionar el ruido diario del
exterior, nos ayuda a elegir qué escuchar y qué omitir, qué nos sirve, y que
no…
En los momentos de
duda, donde no sepamos cuál camino tomar, que circunstancias vivir, es la
oportunidad que nos presenta la vida para conectarnos, hay que recurrir al
silencio, para poder escuchar nuestra sabiduría interior un conocimiento
esencial que nos guía en cada uno de los días de nuestras existencias.
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