Los afortunados que se encuentran
con su alma complementaria, viven sus días en plenitud, se sienten completos, aman
y agradecen el momento de haberse encontrado… viven experiencias que sólo estas
almas que son una pueden experimentar, no pueden ni se imaginan la existencia sin
la otra parte… cuando una de estas muere a los pocos días o meses fallece la
otra parte, nace entonces la esperanza de volverse a encontrar en otra vida
para seguir evolucionando, seguir amando, seguir aprendiendo y avanzando por
los senderos de la luz y la eternidad.
Todos sabemos que hay parejas que
son diferentes, ellos tienen y experimentan el amor de una forma plena y
completa, cuando se está frente a su amor uno dice: “realmente no te imagino
con otra persona”, es un amor feliz y bendecido.
Algunos pierden a ese amor, pero
jamás lo olvidan, siguen amando y pensando en silencio, a veces no se está preparado para aceptar que
estas frente al amor de tu vida. El ser humano y sus complejidades inventadas,
más el orgullo crean desenlaces abruptos y condenaos. A otros le falta valentía
para asumir que están enamorados… mientras que otros buscan incansablemente ese
amor el cual es único en su esencia y existencia.
Se dice que a lo largo de la
vida, te encuentras con tu alma complementaria y cuando eso sucede cambia todo,
se modifica lo establecido y se marca un antes y un después… a veces llega
tarde como siempre, este siempre radica en la imprudencia de nosotros mismos y
por no saber esperar.
Hay tantas cosas que nos suceden
a diario y no sabemos valorar las señales, las oportunidades, tardamos en
reaccionar, siempre estamos imbuidos en la solución de problemas muchos en
cantidad y pocos realmente importantes.
Hay que aprender a esperar, ese
instante esos momentos donde las cosas comienza a suceder.
Esa historia, ese amor llegará
cuando estemos preparados para recibirlo y amarlo. Todo llega cuando tiene que
llegar, cada momento tiene su instante de existencia.
Amar es cosa de almas, no de
cuerpos…
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