¿Cuántos de nosotros hemos experimentado una sensación de vacío o la necesidad de encontrar algo?, una nostalgia que pone a prueba nuestra alma, nos informa que tenemos que unirnos a esa otra mitad para utilizar toda la fuerza que siempre hemos tenido y que yace en nosotros desde que fuimos creados.
Es de extrema importancia ser consciente que en algún lugar del planeta o del universo existe ese ser que nos busca, que nos espera, y nos ama por lo que somos, nos entiende y al igual que nosotros necesita de nuestra presencia para ser completamente feliz.
La existencia de una persona especial para cada uno de nosotros la dueño y dueña de nuestro amor, y nosotros dueñas y dueños de su amor es una de las certezas que debe preservar en nuestro corazón.
Los sabios enfatizan que tomemos consciencia de la existencia de nuestro complemento, ya que el reencuentro es y será el factor principal de nuestra evolución como seres inteligentes, amorosos y energéticos. Sólo con nuestro complemento conoceremos el verdadero rostro del amor y de la felicidad, sin él o ella nuestra existencia sigue incompleta, y el amor que pensamos experimentar no es como el que viviremos con esa persona tan especial que es parte de nosotros y ese algo que es nuestro aún está perdido, pero cuando las almas complementarias encarnan en una misma vida, se sienten, se buscan y se atraen como dos imanes no importando las fronteras geográficas que los separan, sólo es cuestión de tiempo para volver a estar juntos, para volver a amarse, para volver a ser uno, para descubrir los secretos de la vida, del amor y la felicidad que es para nosotros.
Nuestra alma complementaria nos encontrará o la encontraremos nosotros, por una sencilla razón es parte nuestra. Las almas complementarias nacieron y comparten un mismo origen.
Si pudiésemos contar
Las vueltas que da la vida
Para que se puedan encontrar
Un gran amor.
Es como si pudiésemos contar
Las estrellas en el cielo
Los granos de arena de ese mar...
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